La palabra Navidad viene del latín "nativita" que significa Nacimiento. La Navidad se centra en el Nacimiento del Niño Jesús, hijo de la Virgen Maria y de San José, y por este motivo abarca un mensaje de esperanza, unión paz y amor.
Durante los días de Navidad, las casas, las calles, los corazones se llenan de colores de alegría y de ilusiones.
Otra de las costumbres colombianas que se vivía hace algunos años y que iniciaba con la Novena , son los Aguinaldos, una serie de juegos en donde familiares y amigos realizan pequeñas apuestas que deben ser pagadas en la Nochebuena. Esta práctica tiene raíces religiosas y fue heredada por las sociedades latinoamericanas de la cultura española.
Uno de los juegos de aguinaldos más conocidos se conoce como “dar y no recibir”, que consiste en tratar de entregarle algo al competidor y éste debe abstenerse de recibirlo. Los jugadores aprovechan entonces todas las ocasiones para ofrecer toda clase de regalos y objetos y demostrar la debilidad del contrincante, quien puede convertirse en perdedor si olvida el trato y acepta los objetos entregados.
Los Aguinaldos tienen raíces religiosas y fueron heredados de la cultura española.
Con una dinámica similar, existen otros juegos como “el sí y el no”; “preguntar y no contestar”; “pajita en boca”; “el beso robado” y “tres pies”.
En cada uno de ellos, el propósito es hacer que el oponente pierda tantas veces como sea posible. Es un juego inocente en el que participan adultos y niños.
En algunas regiones del país se construye el Año Viejo, un muñeco relleno de papel, retazos de tela y pólvora, que ocupa un lugar especial de la casa y es incinerado a la media noche. Con él se van todas las penas, los fracasos y los sufrimientos del año que termina y renace una nueva esperanza.
La tradición de quemar los Años Viejos es muy antigua. Al parecer llegó al continente suramericano desde Europa, junto con la venida de los conquistadores y empezó a adaptarse en algunos países de América Latina.
Con el Año Viejo se van todas las penas y los fracasos del año que termina y renace una nueva esperanza. Ciertas fuentes establecen que esta práctica fue desarrollada por católicos españoles que entre los años 700 y 1400, durante la colonización de la Península Ibérica a manos de los árabes, elaboraban monigotes para festejar el día de San José el 19 de marzo en Valencia.
Hace unos diez años, en Colombia se realizan concursos y desfiles para premiar los mejores muñecos de Año Viejo que son quemados al pasar la media noche, pero después de que las cifras de personas quemadas, en su mayoría niños, aumentaron se prohibió la comercialización y el uso de la pólvora.
A pesar de esto, en algunas ciudades de Colombia todavía se fabrican los muñecos de año viejo, que pasaron a ser una burla caricaturizada de los personajes que dieron de que hablar durante el año.
Por:
María Helena Mayorga